Punto de encuentro entre la cultura eslava y la occidental, la gran efervescencia musical polaca estalló a finales de los años cincuenta con toda su fuerza, como producto de una larga historia musical. La primera canción polaca conocida es religiosa y guerrera, Bogurodzica (siglo xn), cántico a la Virgen e himno de la caballería polaca en el combate contra los teutones. También se encuentran en la obra del etno-musicólogo Oscar Kolberg (1814-1890) más de 20.000 melodías populares de diferentes regiones de Polonia, algunas de las cuales, basadas en una gama pentatónica, son cantos precristianos que todavía se cantan en la región de Lublin. Con la fundación de la universidad de Jagellon en Cracovia (1364), adquiere popularidad una escuela de canto polifónico, cuyo único compositor conocido es Mikolaj de Radom (o Radomski), autor de obras a tres voces y de un himno para voz y dos instrumentos sobre la vida de la corte de Ladislao II Jagellon. En el Renacimiento, Polonia...