Bilbao, siglo XIX. Se ignora su filiación concreta, pero parece probable que fuera hijo de Diego Amezúa. Autor del órgano de Ibarra de Aramayona (Álava) en 1832, según inscripción en la tapa derecha del secreto, donde además indica que era entonces residente en Echalecu (Navarra). El estilo de esta obra muestra más claramente que el de los órganos de Diego Amezúa la tendencia hacia el órgano llamado romántico, con juegos que buscan un empaste tímbrico más que la creación de estratos diferenciados. En otras ocasiones figura como vecino de Tolosa (Guipúzcoa) y Pamplona. Se conocen sus órganos construidos para la parroquia de San Martín de Lesaca (Navarra, 1847, es posible que únicamente se trate de una reparación), San Jorge el Real de Tudela (Navarra, 1871, posiblemente también una reparación), y la reparación del de la iglesia de Santa María de San Sebastián (Guipúzcoa) en 1840. Se le atribuyen también los órganos del convento de Carmelitas de Lesaca...